jueves, 21 de abril de 2011

Gervasio Deferr: “Me gustaba hacer cosas que no pudiese hacer nadie más”.

Gervasio Deferr va néixer ara fa 30 anys a Premià de Mar. Es va criar en una família d’arrels argentines, el que li ha proporcionat un caràcter fort i lluitador. Des dels cinc anys ha estat entrenant i més tard competint en gimnàstica artística, fins a convertir-se en el millor gimnasta de la història d’Espanya. Ha guanyat diverses medalles olímpiques i ha superat tots els registres anteriors. Tot i ser suspès per donar positiu en un control per cannabis, va saber tirar endavant i fer callar els qui l’acusaven. El 21 de gener, anuncià la seva retirada de la competició activa, per dedicar-se a l’ensenyament de la seva gran passió, la gimnàstica, als més joves, al barri de La Mina.
¿Cómo llegó tu familia a Cataluña?
Mi familia llega en el 1977, un año después del golpe militar de Biela en Argentina. En primer lugar se instalan en Madrid durante un año. En el 1978 marchan a Barcelona, tienen a mi hermano y se instalan en Premià de Mar. En el 1980 nací yo, y mis padres con dos hijos deciden que se quedan en Cataluña. En 30 años que tengo, no he tenido ningún problema.

¿Qué te queda del origen argentino de tu familia?
No sé, es difícil. Igual lo tendría que valorar otra gente, porque yo diría solo cosas buenas. En cuanto a mí, no lo sé. Igual soy muy charlatán como ellos… no lo sé, no tengo idea (risas). He heredado genéticamente el espíritu de lucha y de sacrificio. Mis padres se fueron de su país, no por voluntad propia, tampoco por obligación, pero por una situación política, y quieras o no, también tuvieron que aprender a luchar y a sobrevivir en un lugar nuevo, y eso es lo que he aprendido bastante bien toda la vida: llegar a un sitio nuevo y poco a poco ir luchando para posicionarme bien. Eso sí, como asado argentino todos los jueves desde que tengo cinco años. Lo hacemos en el taller de mi padre, unas veinte personas… 19 argentinos y yo, y comemos un asado, y charlamos de cosas de Argentina. Pero bueno, yo soy español, me he criado aquí, y sé cómo va lo de aquí, no lo de allá.
¿Qué motivo te lleva al mundo de la gimnasia?  
Es complicado. En mí situación, mis padres buscan alguna alternativa para poder quemar la energía que se ve que yo desprendo todo el día, que nunca me canso. No era hiperactivo, porque es una enfermedad, pero era muy activo. Mi madre tenía un puesto de congelados en un mercado en Premià, y una clienta, mientras yo estaba con 19 años empezando INEF, estaba como entrenadora en un gimnasio en Premià, y me vio y dijo “Oye, este chico tráemelo que con toda la energía que tiene, mínimo cuando llegue a casa estará cansado”. Y así empecé con 5  años. No soy muy consciente de haber elegido qué quiero hacer. Llegué, me pusieron ahí, y a partir de entonces, me sentía tan a gusto que continué, desde los 5 hasta los 30 que he acabado.
¿No consideras que has perdido la juventud por tanto deporte?
Eso la gente lo piensa porque no ha vivido lo que yo he vivido. Mucha gente piensa que yo he perdido infancia, pero para nada. Yo he vivido a full, pero diferente. Los niños se van a celebrar los cumpleaños a casa de un amigo, y nosotros lo celebramos en el gimnasio. O ¿nos tenemos que ir de farra con los de tu clase? Pues te vas con los del gimnasio. Es una relación como de hermandad, porque estamos todos tantas horas en un día que lo primero que se te ocurre cuando quieres quedar con alguien es a esta gente, pero yo no me he perdido nada, yo me lo he pasado en grande (risas). Me lo he pasado muy muy bien.  
¿Crees que los obstáculos que se presentan en la vida real se pueden encarar como objetos de gimnasia?
Obviamente todos no, pero sí que te enseñan a tener un sistema de cómo enfrentarte a las cosas. En los momentos más complicados, en la gimnasia, es muy difícil, el deporte en sí, entonces cuando tienes que demostrarlo en una competición, todo se te junta, la adrenalina, los nervios, la presión, la dificultad de lo que estás haciendo. Si eres un buen gimnasta o si llegas a algo, eso te hace superar ese momento, bajar las pulsaciones, mantener la sangre fría, y competir y hacerlo. Luego, en situaciones que igual alguien que no haya sido deportista o que no haya tenido que enfrontarse a esas situaciones, en la vida real se encuentra con situaciones que le superan. Yo en ese momento pienso: he hecho una Olimpiada delante de miles de personas, contra todos mis rivales, y lo he superado. Pues tan difícil no es. Eso me ayuda a mantenerme en calma y decir, pues bueno va, vamos a hacer esto poco a poco. Yo creo que afronto las cosas de una manera…
 ¿Diferente?…
Diferente, pero con la misma fuerza, porque la vida y la gimnasia no es lo mismo, pero van en la misma sintonía, y la potencia que tienes que echarle para una cosa o por la otra, es muy similar.
¿Esa potencia, esa fuerza, de dónde la sacas?
Bueno, pues supongo que con 4 años, cuando me caía haciendo un pino como todos mis compañeros, y todos se reían y yo me cabreaba, y lloraba, y quería hacerles repetir, y me volvía a caer, pero hasta que no podía hacerlo no paraba. Simplemente creo que eso es algo genético. Y también creo que no todo el mundo puede coger e irse a 14.000 quilómetros de su país con veinte años y no volver nunca más. Eso es algo que va dentro. Seguro que muchos compañeros de mis padres se quedaron en Argentina, queriéndose ir como ellos, pero no tuvieron la fuerza.
“Yo he sido un guerrero toda mi vida”
¿Cuántos tatuajes tienes y qué significan?  
Tengo seis ‘tatoos’, y te explicaré cinco.
¿El sexto no se puede explicar no?
El sexto no, es privado. Está en un sitio muy recóndito (risas), y tiene un significado muy diferente a los demás. Tengo en el brazo derecho ‘Gervasio’ y en el izquierdo ‘Juan Pablo’, que es mi hermano mayor. Lo tengo en japonés porque no queríamos hacer algo que lo viese todo el mundo, sino que queríamos hacer algo que la gente preguntase: ¿Y eso, que es? Mi hermano estudió cinco años de japonés, y cuando él estuvo preparado para escribir su nombre y el mío en japonés, bien escrito para un ‘tatoo’, lo hicimos.  Lo hice porque mi hermano mayor es mi máximo referente en esta vida. Mi hermano lo lleva igual que yo.  Luego tengo, en la pierna izquierda, Atenas 2004 y en la derecha Sidney 2000 con los aros. Los dos aros de las olimpiadas son los dos oros. El de Sidney me lo tatué porque éramos todos novatos, y como nos hacía gracia, lo hicimos todos. Como gané, me lo hice una semana después que los demás.  Ahí, prometí que si ganaba en Atenas me lo volvería a hacer… y gané. Gran putada pero gané y me lo hice (risas). Las promesas se tienen que cumplir siempre.  Y en Atenas dije: Si gano en Pequín, me lo hago, pero como sólo fui plata… Y luego tengo un diablo (zona abdominal), que fue una promesa que le hice a mi hermano, porque él es diseñador y dibuja, y le dije que a la primera medalla que sacase en algún Mundial o evento grande, me tatuaría un dibujo que me hiciese él. En el 99’ quedé segundo del mundo, y como nos llamamos Deferr Ángel, para tener las dos cosas, me tatúo un demonio, y así tengo el ángel y el demonio. Y el sexto, ahí queda…. Y habrá un séptimo, y un octavo y un noveno seguro. No me pararé de tatuar nunca, me encanta. El próximo sé que llegará, sin prisas, y siempre con significado. Quizá alguno con dibujos samoanos de Nueva Zelanda, porque son dibujos de guerra, y yo he sido un guerrero toda mi vida.
Esta, si no la quieres contestar, no hace falta…
Ya sé lo que me vas a decir (risas).
¿Pero tema porros?
¿¡Qué pasa con los porros!? (risas). Obviamente se puede hablar de los porros, no tengo ningún tipo de reparo en contar ni lo que me pasó ni en lo que pienso de eso. Yo estuve dos años lesionado después de la Olimpiada de 2000, me rompí los dos hombros, y tuve que pasar por quirófano por los dos. Siete horas de operación para reconstruir el brazo entero. De repente yo me planteo la posibilidad de no volver a competir. Pero igual, si no puedo llegar al nivel que he estado yo siempre, pues mejor no competir. Pero luego empiezo a entrenar, y en dos semanas me pongo como una moto, me veo muy bien, y que no he perdido nada.  En tres semanas quedo campeón de España, y a la cuarta semana me llevan al Mundial y quedo segundo. Yo había fumado en una fiesta anterior, hacía un mes, pero no sabía cuando duraba eso. Y llego a la competición y doy positivo. Pero claro, hacía un mes que no fumaba, y eso duraba dos meses, y yo qué tenía que saber que eso daría positivo. Yo solo estaba pensando en mis hombros, en no romperme y en no hacerme daño. De repente doy positivo en tres campeonatos: en la Copa del Mundo, en la Copa de España y en el Campeonato del Mundo. Pero luego ven que los miligramos detectados van para menos, y lo consideran todo un mismo caso. Me sancionaron dos meses… que en realidad era la sanción máxima que me podían poner por dar positivo. Creo que me utilizaron. Creyeron que dándole caña a este, los otros se lo van a pensar mucho. Pienso que esta sustancia no debería estar contemplada como sustancia dopante, porque no lo es. Será ilegal, será prohibida, será lo que quieran, pero dopante no es. Porque alguien que se fume un porro, a ver si tiene valor de irse a correr media hora, como para ponerse a hacer saltos mortales… estamos locos. Creo que deberían diferenciarse.
A mí ya me da igual, porque luego lo demostré, con mis medallas, que los porros no me habían ayudado. Después de ello, me hicieron doscientos o trescientos controles. En un día he llegado a hacer cuatro controles: de la (federación) Internacional, de la española, del comité y del consejo. A las 7 de la mañana, a las 9, a las 11 y luego a las siete de la tarde.
¿Cómo si fueras un drogadicto no?
Si, y yo les digo, perdona, que soy el vigente campeón Olímpico, que me estáis tratando como si fuera un delincuente. Que tengo un oro olímpico, y no tenemos tantos como para que nos tratéis tan mal. Ves casos como la ‘Operación Galgo’, y tienen que hacerlo, pero que se fijen bien con quien los hacen. En la gimnasia, en cualquier país, en los últimos 20 años, solo ha habido dos casos de positivo: una rumana por tomarse algo para la gripe, y le quitaron el oro, y mi caso. No hay más casos de doping en todo el mundo. Nosotros no nos podemos dopar, porque lo que te da fuerza te quita plasticidad, y lo que te da potencia, te quita coordinación… no puedes. Tienes que tener mucho equilibrio, mucho control, y si te dopas, se te disparan unos niveles, y otros te quedan descompensados. A mí me sancionaron y yo me reí. Te lo tienes que tomar con humor. Ya es bastante difícil el deporte en sí y el mantenerse en este nivel como para aguantar a esos pesados todo el día. Hay que estar tranquilo y reírse de la situación. Estaría preocupado si me estuviera pinchando algo, ahí estaría asustado y entendería la persecución, pero conmigo…es imposible.
¿La gente, cuando te ve por la calle, te reconoce?
Ahora, rapado y sin barba no (risas). Las etapas pasan, y cuando me retiré pensé que tenía que cambiar. Cambia mi profesión, cambia la persona, cambia todo. Ahora, por calor, con los días que hacía, decidí raparme. Y hoy hace un frío que tela.
Sí, la gente me conoce, pero cada vez menos. Cuando vuelvo de la olimpiada, hay 4 meses de locura, y en todas partes la gente quiere fotos, firmas… Pero yo me lo paso genial. No me están reconociendo por nada malo, sino por una trayectoria muy larga. Yo voy contento por la calle. Estoy agradecido con la gente.
“Me gustaba hacer algo que no pudiese hacer nadie más”.
¿En Barcelona, sufres o te diviertes más con el Real Madrid?
Yo me lo paso genial siempre. Yo me lo intento pasar bien siempre en cualquier aspecto. En Madrid, ser del Madrid es muy fácil, y ser culé en Barcelona es tan sencillo… que no, que yo me lo paso genial siendo merengue aquí. No es tan por rebeldía, sino por no darle la razón a todo el mundo así porque sí. Si tienes razón, gánatela, y demuéstramelo.
Gervasio Deferr, el mejor gimnasta de la historia de España. ¿Cómo lo ves?
Mola eh (risas). Ha quedado muy guay. Para mí es una satisfacción enorme. Ni siquiera fue un objetivo para mí. Yo he hecho lo que me ha divertido, lo que se me ha dado bien, y lo he explotado. He sabido explotar mi mejor gimnasia. Me gustaba hacer algo que no pudiese hacer nadie más. Eso es lo que me ha entretenido siempre, y lo he conseguido. He conseguido cosas que sé que ni en cincuenta años volverán a hacer. Son cosas que las haces tú y solo tú. Eso es lo que me ha llenado. Luego, en consecuencia a los resultados, ha venido que soy el mejor gimnasta de la historia. Ni me lo había planteado. Me di cuenta cuando había terminado todo.
¿Con qué medalla o recuerdo te quedas?
No. Imposible. ¿Cómo me voy a quedar con una? ¿Cómo elimino la primera medalla de la gimnasia española de la historia? ¿Cómo elimino la segunda, después de mi positivo? ¿Y cómo valoro mi tercera, siendo en suelo y no en salto? Es imposible, no me puedo quedar con ninguna. Y soy tres veces segundo del mundo, y siete veces campeón de la copa del mundo. Me parecería injusto para mí mismo, por como he pasado cada situación. Yo las he pasado muy canutas, algo exagerado. Y luego la presión. Tú no sabes lo que es estar seis meses haciendo entrevistas, y ves que se acerca la olimpiada y no saber cómo lo vas a hacer mientras además la gente te dice que eres el mejor. No saben con los gimnastas que tengo que competir. El día que te sale bien el entrenamiento, perfecto, pero el día que no, ya piensas que quizás ni te clasificas para ir a la olimpiada.
 “Sin disciplina los resultados no se consiguen”
Gervasio Deferr siempre ha hablado que su relación con los entrenadores no ha sido del todo buena. ¿La disciplina ha sido tu mayor problema?
No, no. La disciplina nunca ha sido un problema en mí. Lo que ha sido un problema ha sido mi forma de ver las cosas. La gente pensaba que como yo veía las cosas de una determinada forma, eso ya tenía que implicar, sí o sí, no ser disciplinado, y no es así. Yo he sido super disciplinado, por eso he entrenado durante 25 años 7 horas cada día, y he conseguido los resultados que he conseguido. Sin entrenar no se consiguen. Gimnasia sin disciplina es inconcebible. Cuando ha habido algo que no me ha gustado, todo el mundo se ha callado y yo no. Yo he dicho, perdona, que esto está mal, ¿nadie se da cuenta? Pero como yo he sido el único, me han dicho, mira el rebelde, el quejica… Simplemente he dicho que algo que estaba mal se puede hacer mejor de otra forma. Ahora, para mis niños yo quiero marcarles qué camino tienen que seguir, siguiendo la misma disciplina. La disciplina siempre es la misma, el camino, es el que varía.
¿Qué ha supuesto para ti participar en unos Juegos Olímpicos?
El mero hecho de estar en unos JJOO ya es algo impresionante, algo impensable. Es una pasada. Es disfrutar desde el segundo uno hasta el último segundo. A mí me ha aportado muchísimo. Ahí me di cuenta de la diferencia que hay entre un Mundial y una olimpiada. Al Mundial van todos, pero a la olimpiada van los mejores del Mundial. Cuando estás en la Villa olímpica y de repente ves al Yao Ming de 2’20 o ves a Rafa Lozano de 1’48 de boxeo, pues ves que aquí no somos todos gimnastas de 1’65. Esto es una locura. Ves a los mejores de cada uno de los deportes. Yo iba al comedor y me quedaba embobado mirando a la gente. Alucinas. He descubierto hasta países que no conocía. Ves un chándal y dices pero si esto es un país, ¡como puede ser que no lo conozca! (risas). En las tres olimpiadas que he estado, he descubierto países y deportes nuevos. Es una maravilla. Me han dado las ganas de querer volver. Mi novia juega a hockey hierba en Castelldefels, y para ellas es muchísimo más grande una olimpiada que un mundial. Sólo en el fútbol es más importante un Mundial.
Incluso hice una entrevista para Telecinco al equipo de hoquei femenino, hice de reportero y me lo pasé muy bien. Me dan la oportunidad de probar cosas nuevas que solo siendo deportista no las habría conseguido, pero consiguiendo esos resultados, si pude.
“Estar en una olimpiada es una maravilla, porque al Mundial van todos, pero en unos juegos solo van los mejores”
¿Cómo…?
También hice un capítulo de Hospital Central. Yo flipé. Con todos los actores que yo veía todas las semanas. Si me dan la oportunidad, yo pruebo todo lo que sea, porque me lo paso genial. No todo es entrenar ni competir. Eso ya está. Ahora tengo que probar cosas nuevas. También hice un monólogo en El Club de Flo… ¡qué vergüenza! (risas), pero bueno, lo hice. Las cosas hay que hacerlas para saber como son.
¿Qué consejo darías a los jóvenes gimnastas que para ellos eres un referente?
Pues no lo sé. Dar consejos es muy difícil, porque es tan fácil equivocarse. Yo les diría a todos los chicos que hacen gimnasia, que hacen cualquier deporte o que hagan cualquier cosa aunque no sea deporte, teatro o lo que les apetezca, que lo hagan y que se diviertan. El día que no se diviertan, pierde la magia todo. Yo he intentado durante los 25 años de mi carrera en activo, divertirme cada día, buscar algo que me dé esas ganas de reírme y estar así.
¿No has perdido nunca el espíritu?
Siempre hay bajones. Yo he pensado en retirarme tres o cuatro veces. Una vez incluso estuve 4 meses sin entrenar, pero fue con 13 años, y cuando me preguntaron si quería volver, estaba como loco volviendo. Siempre hay bajones, en todo. Incluso Michael Jordan, siendo el mejor jugador de baloncesto o el mejor deportista del siglo XX, también odió el básquet en algún momento. Es normal. Nada te sale tan perfecto siempre como para estar feliz. Todos tenemos bajones, pero uno sabe lo que realmente le gusta, y lucha por ello.  Yo he querido dejar la gimnasia 4 veces pero no me han sacado de ella en 25 años… y no me iban a sacar, no iban a poder.
En enero anuncias tu retirada. ¿Qué motivos te llevan a tomar tu decisión?
Yo llevo 10 años entre los dos o tres mejores del mundo. Y pesé que mejor que en Pekín, no iba a hacer nunca más. Y no quería engañar a la gente española, entrenando y yendo a la olimpiada, porque cada vez que voy todo el país es “vamos Gervasio que tu vas a ganar”, y no. Si esta vez iba a Londres sabía que no iba a ganar. Y no quería tener el país entero pendiente de mí, y luego fallar. Preferí retirarme antes y decir: me retiro como segundo olímpico. Ya he hecho todo lo que he podido, no quiero engañar a nadie: creo que no tengo capacidad para más. No quiero cobrar becas si no me las merezco, quiero que se acabe todo y ya está. Me retiro en lo alto. Creo que una retirada a tiempo es la última medalla de un deportista. 
¿Qué da sentido ahora a tu vida?
El objetivo que tengo ahora es intentar enseñar a cuantos más niños mejor. Por el momento. Más adelante yo creo que no será tanta cantidad sino más calidad. Intentaré que alguno de mis alumnos o llegue a una olimpiada o pueda disputar una olimpiada para ganarla. Pero no tengo prisa, tengo 30 años, muchísimas ganas de ser entrenador. Que aprendan qué quiere decir la gimnasia, qué implica, y que se diviertan con ella. De aquí unos años ya veremos. No tengo prisa. Esto es una labor de 15 años. Los niños de aquí, en 15 años igual pueden estar ganando. Todo es a largo plazo.
“Una retirada a tiempo es la última medalla de un deportista”
Por último. ¿Cuándo surge la idea de entrenar a jóvenes deportistas, y porqué La Mina?
La idea de ser entrenador surge desde pequeño, porque yo he tenido a muy buenos entrenadores, pero también he tenido a muy malos entrenadores. Lo que quería era evitar que otros chicos tuvieran entrenadores tan malos como he tenido yo. Pensé, como más pueda coger yo, menos tendrán a alguien que no sepa hacerlo.
Y en La Mina, porque con Juan Carlos Ramos, que es el Regidor de Deportes de Sant Adrià, y fundador de la Escuela de lucha de La Mina, tenemos relación desde el año 92, en el cual yo entro en el CAR con 11 años y él es un atleta en activo en ese momento en el CAR, luchador peleando para ir a los mundiales. Ahí se fusiona la gimnasia y la lucha en amistad, y poco a poco, proyectos futuros se van apoyando. Yo creo que La Mina no es lo que fue hace años. Yo creo que son algo más, que quieren mejorar, entonces yo pongo mi granito de arena para que, con la escuela, puedan mejorar si pueden, sino, por lo mínimo haberlo intentado.
Pues muchas gracias Gervasio.
Pues muchas de nadas.


                                    

2 comentarios:

  1. Gran entrevista! Haureu gaudit un munt amb aquest crack. Té tota la raó quan diu que tot el país esperava l'or en les seves aparicions, però és que sempre que competia lluitava per guanyar. Una llàstima que no participi a Londres.
    Personalment, a més de ser el millor gimnasta de la història, és un dels ESPORTISTES més grans de la història d'Espanya.

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  2. Doncs si, la veritat es que si, super bon tiu, molt simpatic, alegre i positiu. Jo abans de mirarme coses d'ell no coneixia massa com era, si els seus exits, pero m'ha sorpres molt positivament.
    Sens dubte un dels millors esportistes espanyols de la historia, i el millor en lo seu.

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